viernes, mayo 04, 2007

Oscuridad Etérea



Él apareció de la distancia, palabras que la exorcizaban de sus temores y amarguras. Apologías que trastocaban la mente, caricias que azoraban los sentidos. Él la amaba con las letras de su voz; bebía de ella y no quedaba espacio que no fuera de él.

Ella le mordía sus labios, luego colocaba la boca frente a la de él y sentía el calor de la respiración. Así, con un cálido beso empezaban a recorrer la pasión.

Él entraba en los espacios tristes y los convertía en nostalgia. Conjuraban cada noche, frases de unión, que mataban poco a poco la soledad de sus cuerpos. Cada encuentro, imaginaban nuevas formas de entregarse.

Pero siempre un timbre la alejaba de él. Ella despertaba con el pecho descubierto, invadida por la fragancia del sexo. Esbozaba una sonrisa y suplicaba a la luna, lo traiga de nuevo.